Quiero hablarle al tiempo
Quiero hablarle al Tiempo, para decirle que se que oculta un gran misterio. Que durante mucho (tiempo) lo subestimé entendiéndolo como algo sin complejidad, sin magia. Quiero hablarle para contarle que lo veía como me veía… pero ahora lo veo diferente.
Quiero hablarle al Tiempo para agradecerle haberme quitado un poquito el velo que tenía en los ojos, que conocí a sus hijas, Sincronicidad y Serendipia, con las cuales a veces nos encontramos y me desordenan un poquito más mi propio esquema mental. Ellas se divierten con eso y yo, a veces también. Pero lo cierto es que a ellas no les importa mucho si yo me divierto o no, les basta con que los efectos de sus visitas me transformen de alguna manera..
A veces me toman de las manos y me hacen girar tanto que me puedo marear. Me toma un momento recuperar el eje, y aunque me gusta sentir la sensación del mareo, se que no puedo permanecer siempre allí.
Quiero hablarle al Tiempo para decirle que cuando se junta con sus hijas, acá pasan cosas buenas, solo que no siempre estamos a la altura de las circunstancias y podemos arruinarlo todo. Quiero contarle que gracias a sus encuentros, he podido notar que todo lo que soy, ya era y que todo lo que seré, voy siendo.
Quiero que sepa que no me gusta el desorden, pero que con él aprendí a ver la maravillosa magia del caos. Lo aprendí cada vez que llegó a patearme todo como si hubiese pasado un tornado y por alguna razón, en la confusión que me genera el enredo, me encontraba con que él sólo buscaba que pudiera ver las cosas desde diferentes ángulos. Creo que por eso el caos me transforma.
Quiero encontrarme con el Tiempo y mirarlo a los ojos, decirle “Gracias, viejo!” Gracias por siempre cuidar el orden dentro del caos y permitirme ver más allá de mi burbuja.. Duele la pequeñez, no te voy a decir que no, asusta un poco también, pero es hermoso encontrarme con el punto en que engrano con el súper plan.